Una escena común: estás con amigos, en un ambiente relajado, y tras encender un porro, todo se vuelve hilarantemente divertido. Una palabra absurda, una mirada cómplice o un pensamiento inesperado desatan carcajadas que terminan en lágrimas. Este fenómeno, conocido coloquialmente como “el tonto”, es uno de los efectos más reconocibles del consumo de cannabis. Pero ¿qué ocurre realmente en el cerebro para que algo tan trivial se vuelva tan gracioso?
🧪 El protagonista: THC y su papel en el cerebro
El tetrahidrocannabinol (THC), principal compuesto psicoactivo del cannabis, es el responsable de esta transformación mental. Su estructura química es similar a la de la anandamida, un endocannabinoide natural que regula el estado de ánimo, el apetito y la percepción. Al consumir marihuana, el THC se une a los receptores CB1 del sistema endocannabinoide, especialmente abundantes en el cerebro, y desencadena una serie de reacciones bioquímicas.
🎯 Activación del sistema de recompensa
Una de las consecuencias más inmediatas es la liberación de dopamina, la llamada “hormona de la felicidad”. Esta descarga provoca una sensación de euforia, relajación y despreocupación. En este estado, el cerebro se vuelve más receptivo a estímulos positivos, y la barrera que normalmente filtra lo que consideramos gracioso se debilita. Así, cualquier estímulo, por mínimo que sea, puede provocar una risa intensa.
🧠 ¿Qué ocurre en el cerebro?
Gracias a tecnologías como la resonancia magnética funcional (IRMf), los científicos han observado que el THC aumenta el flujo sanguíneo en regiones clave del cerebro relacionadas con el humor:
- Lóbulo frontal derecho y temporal izquierdo: encargados de procesar chistes, ironías y contextos lingüísticos. Bajo el efecto del THC, su actividad se dispara, lo que lleva al cerebro a sobreinterpretar la realidad en busca de significados ocultos y cómicos.
- Cerebelo y núcleo accumbens: aunque el cerebelo se asocia con la coordinación motora, también regula emociones como la alegría. El núcleo accumbens, por su parte, está vinculado al placer. Su activación intensifica la respuesta emocional ante estímulos humorísticos.
💡 Pensamiento divergente: creatividad desatada
La marihuana también potencia el pensamiento divergente, es decir, la capacidad de generar múltiples ideas y asociaciones a partir de un solo estímulo. Esto explica por qué bajo sus efectos surgen conexiones mentales inesperadas y absurdas que resultan cómicas. La mente se libera de sus rutas habituales y empieza a explorar caminos creativos, lo que convierte lo cotidiano en algo sorprendente y divertido.
🧘 Estado emocional y entorno: claves del efecto
La bioquímica cerebral no lo explica todo. El estado de ánimo y el entorno social son factores determinantes. El THC tiene propiedades ansiolíticas que ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, lo que facilita la apertura emocional y la receptividad al humor. Además, la marihuana suele consumirse en grupo, y la risa es un fenómeno social contagioso. Cuando una persona ríe, los demás tienden a imitarla, creando una atmósfera de alegría compartida.
🗣️ Menos inhibiciones, más espontaneidad
El THC también reduce las inhibiciones sociales, lo que permite una expresión emocional más libre. En este contexto, la risa se vuelve más genuina, espontánea e intensa. Es una forma de conexión humana que se ve amplificada por el efecto del cannabis.
🔍 Conclusión
La risa provocada por la marihuana no es simplemente una reacción superficial. Es el resultado de una compleja interacción entre química cerebral, creatividad, estado emocional y dinámica social. El THC actúa como un catalizador que transforma la percepción, libera tensiones y potencia la conexión con los demás. En ese estado, lo absurdo se vuelve brillante, y lo cotidiano, hilarante.
