Un nuevo informe publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) revela un aumento significativo en el consumo de marihuana entre adultos mayores de 65 años en Estados Unidos. Esta tendencia se ha visto impulsada por el acceso legal más amplio tanto para uso médico como recreativo. El estudio, basado en datos de la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud, muestra que el porcentaje de adultos mayores que consumieron cannabis en el último mes creció del 4,8% en 2021 al 7,0% en 2023.
Tendencias y factores detrás del aumento
El consumo de cannabis en adultos mayores había ido en aumento en las últimas dos décadas, pasando de un 1,0% en 2005 al 4,2% en 2018. El nuevo informe destaca que el crecimiento ha sido particularmente fuerte en ciertos grupos demográficos, incluyendo mujeres, personas blancas, personas con títulos universitarios o posgrados, personas con ingresos más altos y residentes de estados donde la marihuana medicinal es legal. Además, el informe señala que aquellos con múltiples enfermedades crónicas también han registrado un incremento en su consumo.
Los autores identificaron cambios en el comportamiento de los consumidores. Por ejemplo, los adultos con ingresos más altos inicialmente tenían tasas más bajas de consumo de marihuana, pero para 2023, registraron las tasas más altas, lo que sugiere un mejor acceso al cannabis medicinal debido a su costo.
Implicaciones médicas y necesidad de educación
El informe enfatiza la importancia de proporcionar apoyo educativo estructural a médicos y pacientes en los estados donde la marihuana es legal. También advierte sobre posibles complicaciones en el tratamiento de enfermedades crónicas debido al uso concurrente de cannabis.
A pesar del aumento en el consumo de marihuana, el informe señala que el uso de tabaco y alcohol sigue siendo alto entre los adultos mayores que consumen cannabis, aunque no hay evidencia de que el uso combinado esté cambiando significativamente.
El estudio concluye que los médicos deberían evaluar y educar a sus pacientes mayores sobre los posibles riesgos del consumo de cannabis, incluyendo efectos adversos en el sistema cardiovascular, respiratorio y gastrointestinal. Además, los riesgos de deterioro cognitivo, accidentes cerebrovasculares, caídas y trastornos psiquiátricos son áreas de preocupación.
Perspectivas en la investigación sobre marihuana medicinal
Investigaciones adicionales han mostrado resultados mixtos sobre la efectividad del cannabis medicinal en adultos mayores. Mientras algunos estudios han encontrado beneficios terapéuticos, otros han mostrado resultados limitados. Esto refuerza la necesidad de estudios de alta calidad para evaluar la relación beneficio-riesgo del cannabis en este grupo demográfico.
En otro estudio reciente publicado en JAMA Network Open, financiado por Institutos Canadienses de Investigación en Salud, se encontró que, aunque el consumo de marihuana en Canadá aumentó ligeramente después de su legalización, el uso problemático del cannabis experimentó disminuciones modestas. En Estados Unidos, datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) muestran que fumar sigue siendo el método más común de consumo de marihuana, pero otros métodos como comer, vapear y dabbing están ganando popularidad.
Cambios en el comportamiento del consumidor
Encuestas recientes indican que más estadounidenses fuman marihuana a diario que los que beben alcohol todos los días. Sin embargo, los consumidores de alcohol tienen casi tres veces más probabilidades de considerar reducir su ingesta en comparación con los consumidores de marihuana.
Los expertos coinciden en que los gobiernos y los profesionales de la salud deben seguir monitoreando las tendencias de consumo de cannabis a medida que la legalización avanza. A nivel médico, se recomienda un mayor control y educación sobre la dosificación y los efectos adversos de la marihuana, particularmente en poblaciones vulnerables como los adultos mayores.
Este informe refuerza la necesidad de continuar investigando el impacto del cannabis en este grupo etario y garantizar que los consumidores y los médicos dispongan de información clara y basada en evidencia sobre su uso.
