El mejor hachis del mundo amenazado

Nemesio

El Hachís más caro del mundo amenazado

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Resulta sorprendente que a estas alturas del siglo XXI alguien siga creyendo que es buena idea prohibir la marihuana y dedicar tantísimos esfuerzos y dinero en destruirla y hacerla desaparecer. Décadas de prohibición en todo el mundo solo han servido para retrasar nuestro conocimiento de las posibilidades de la marihuana, además de para crear incontables dramas innecesarios, criminalizar inocentes y hacer perder un tiempo precioso a la humanidad, haciendo una muesca nada despreciable en su felicidad general.

De esta guisa, tenemos a las autoridades de la India y de su estado norteño Himachal Pradesh, embarcados en una ya larga “lucha” por erradicar los cultivos tradicionales de marihuana de Malana, de cuya resina se obtiene la Malana Cream, un hachís de calidad suprema (y precio), que es el verdadero reclamo turístico de la región.

Y es que parece que, a pesar de las iniciativas del gobierno local por implementar medios de vida alternativos para los granjeros, cuya economía depende de la marihuana, y de los esfuerzos de las fuerzas de seguridad por erradicar los cultivos de la región, las mafias del hachís continúan prosperando.

Algunos no arquearán las cejas al leer esto porque, señoras y señores, si algo nos enseña una y otra vez la Historia, es que la mejor manera de hacer prosperar mafias es prohibiendo algo.

Peor es aun cuando nos enteramos de que en tan remota región pocos eran los que se habían enterado de que un día la marihuana, su medio de vida tradicional, se volvió ilegal. ¿Puede alguien concebir la dimensión de la injusticia que la estupidez de la prohibición perpetró en regiones cuya economía tradicional depende de la marihuana? Hoy, por supuesto, todo el mundo en Himachal Pradesh sabe que la planta de la que han vivido los abuelos de sus abuelos está perseguida, y deben, sin alternativas reales que funcionen, intentar seguir adelante convertidos, de repente, en narcotraficantes y mafiosos, por los caprichos absurdos a los que, en última instancia, se reduce la sombra del prohibicionismo que se cernió sobre la marihuana.

¿Por qué el hachís de Malana es el cannabis más caro del mundo?

El hachís de Malana es considerado como el mejor hachís del mundo, con una calidad incluso superior al hash producido en Ketama. Su precio local asciende a casi 800€ el kilo, mientras que en el mercado internacional puede situarse hasta en los 30.000€, por lo que no solo se trata del mejor hachís, sino del más caro. Las granjas clandestinas se ven obligadas a producir en cotas cada vez más altas y remotas debido a la injerencia de las autoridades, que no consiguen destruir más hectáreas que las que los granjeros logran dedicar al cultivo.

El Institute for Narcotics Studies and Analysis (INSA) de Delhi estima que hay unas 350 familias dedicándose a la producción de hachís produciendo media tonelada anual. Durante septiembre y octubre se contratan temporeros para ayudar en la extracción de la resina de la que se producen delicatessen como Malana Cream, Malana Gold y Malana Biscuits. Parece ser que estas familias estarían dispuestas a abandonar el cultivo de la marihuana si el gobierno les garantizase que pueden mantener su estilo de vida, un estilo de vida que una vez les suministraba millones de rupias, mientras que hoy malviven enfrentados a una ley que no les tuvo en cuenta.

En cualquier caso, parece claro que para acabar con la marihuana hace falta mucho más que prohibirla y perseguirla. Las propuestas de sustituirla por cultivos alternativos como las manzanas o el cáñamo industrial no parecen arraigar, quizá porque se están entrometiendo en un estilo de vida y una tradición. Todo apunta a que la única forma de acabar con la marihuana en Himachal Pradesh es acabando con toda la cultura que la rodea. ¿De verdad quieren eso? Por lo pronto parece que tarde o temprano el “abandono del campo” llegará a la región dado que los granjeros han comenzado a dar una educación a sus hijos que posiblemente busquen oportunidades en la vida más allá que la dureza del cultivo en regiones extremas.

Por aquí nos quedamos pensando qué pasaría si en vez de prohibir la marihuana, la regulasen y la sometiesen a impuestos. Con esos precios de mercado ciertas regiones tradicionalmente pobres tendrían una vía para empezar a dejar de serlo. ¿O no?

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