Aterricé en Tailandia en enero del 2020, escapando del invierno europeo. No me arriesgué a llevar marihuana en Tailandia conmigo porque no tenía idea de cuáles serían los controles en el aeropuerto de Bangkok. Para mi sorpresa, nadie controló mi equipaje, de hecho, ni siquiera había perros.
Llegué al hostal y esa misma noche comencé a tantear la situación entre los demás huéspedes ¿dónde puedo conseguir marihuana de calidad en Bangkok? Algunos me dijeron que tenga cuidado, que podrían llevarme presa por comprar o fumar, incluso me hablaron de pena de muerte. Les pregunté de dónde sacaron esa información y ninguno supo responder con claridad.
Viviendo en Argentina cultivé una Chocolate Thai que jamás olvidaré, estando en Tailandia esperaba encontrarme con sátivas de ese calibre, pero nadie sabía cómo conseguir flores. Mi intención de mantenerme a salvo y mi amor por el cannabis me llevó a investigar sobre el uso y la legalización de la planta en este país.
¿Es legal la Marihuana en Tailandia?
La respuesta a esta pregunta es sí pero no, o no todavía. Al igual que sucede actualmente en muchos países, Tailandia está encaminada hacia una legalización, pero a prueba y error. El afán de recuperarse económicamente de la pandemia y la intención de seguir innovando en la industria del turismo, impulsan al gobierno a generar normativas más laxas respecto al cannabis. La ley es confusa y además se mezcla con la significación cultural que tiene la planta en estas latitudes.
Los hitos importantes de la legalización de la marihuana en Tailandia son los siguientes:
En 1935 la posesión, venta y uso de cannabis se tipifican como delito.
En 1975, a través de leyes específicas, se pone en práctica la persecución a consumidores. Al mismo tiempo, Tailandia se posiciona como uno de los destinos turísticos más deseados por los hippies occidentales. Se propaga el cultivo, comercio y uso recreativo de la marihuana en un marco ilegal pero aceptado culturalmente.
En diciembre de 2018, Tailandia es el primer país del sudeste asiático en legalizar el uso medicinal del cannabis. Se abren clínicas especializadas y consultorios que se dedican únicamente a recetar marihuana incluso a turistas que están de paso por el país. Algunos hospitales de lujo comienzan a incluir platos cannábicos en su menú. Se abre una puerta comercial al turismo cannábico, empresarios presentan proyectos e insisten en regular otros usos del cannabis.
En diciembre de 2020 la marihuana en Tailandia deja de figurar en la lista de narcóticos clasificados como peligrosos o ilegales desde 1979.
En enero de 2021, se despenaliza el uso y comercialización de ciertas partes de la planta (hojas, raíces, tallos). Un mes después, se pone en práctica un registro estatal con el fin de otorgar permisos para cultivar y manufacturar productos. Los ciudadanos tailandeses pueden tener hasta 6 plantas propias con fines medicinales. Comienzan a entregar permisos comerciales a quienes quieran producir y vender alimentos, extractos, bebidas y cosméticos altos en CBD y con hasta un 0.2% de THC. Se aprueba la importación y exportación con fines comerciales. Se abren bares especializados en bebidas y comidas cannábicas, se facilita el acceso del CBD a todos los consumidores con o sin receta médica.
En agosto de 2021, se legaliza por completo el cultivo, uso y comercialización del Kratom, una hierba psicoactiva autóctona considerada medicinal y sagrada. Es una planta muy distinta al cannabis, pero es importante marcar este hito legal porque muestra una clara intención de flexibilizar la comercialización y el uso de determinadas sustancias.
Teniendo en claro el marco legal del cannabis en Tailandia, solo queda saber qué pasa a nivel pragmático y cotidiano. Porque ya sabemos muy bien que las leyes no son un reflejo de la realidad.
¿Está socialmente aceptado el cannabis en Tailandia?
Como consumidora y extranjera viviendo en Tailandia hace 22 meses, felizmente puedo decir que la respuesta a esta pregunta es sí.
A la hora de fumar, lo más fácil es encontrar un intento de flores que en realidad son flores, hojas, semillas y ramas prensadas. Es una marihuana de baja calidad que no está curada, por lo tanto es probable que tenga moho, un mal sabor pero un efecto aceptable. Es muy similar a lo que en Latinoamérica se conoce como el “prensado paraguayo”. El precio oscila entre los ฿1000 (algo así como €25) por los 10g. Su producción, venta, posesión y consumo es ilegal.
En cuanto a cogollos de calidad, el mejor precio que encontré como turista fue ฿500 (aproximadamente €12) por gramo. El sabor, la calidad y el efecto fueron increíbles, una sativa que me permitió nadar 2 km mar adentro para cruzar de una playa a otra. Su producción, venta, posesión y consumo es ilegal.
Es normal encontrar bares o puestos callejeros dedicados únicamente a la elaboración de infusiones, batidos de CBD y fruta, comida, hojas rebozadas y fritas servidas como snack. También es común encontrar deportistas y luchadores de Muay Thai que van a tomar su batido de CBD después de entrenar. En estos lugares también venden galletas y brownies psicoactivos con alto contenido de THC, cosa que la ley no contempla dentro de lo permitido, pero como nadie del estado controla, los cocineros se toman la licencia de darnos ese gusto.
El uso medicinal, recreativo y material de la planta están presente en la cultura asiática y atraviesan el cotidiano de las personas desde hace milenios, mucho antes de que se crearan sistemas legales. En el imaginario colectivo viven los conocimientos ancestrales sobre el potencial de la planta, hace 3000 años que el cannabis forma parte de las 50 hierbas fundamentales de la medicina china.
Es muy común encontrar tejidos, ropa, muebles, objetos de cáñamo de alta calidad, incluso antes del 2018 o antes de que se empezara a hablar de la posibilidad de despenalizar. El cáñamo se usa como materia prima desde siempre al igual que el bambú o el lino.
Tailandia es un país con una economía muy activa, las posibilidades legales y las prácticas estatales que modifican la vida de los ciudadanos o turistas están muy influenciadas por el mercado. Las decisiones gubernamentales tienen como faro la prosperidad económica del país, esto le abre caminos a la industria de la marihuana en Tailandia.
Teniendo en cuenta el recorrido legal de la planta en este país, me permito soñar y pensar que el 2022 será el año en que Tailandia liberará el uso recreativo del cannabis. Crucemos los dedos.