Tras la victoria en las elecciones, por la alcaldía de la capital berlinesa, de la coalición de partidos (conformada por los socialdemócratas, los verdes y el partido de izquierdas) se ha presentado una enmienda en el congreso para permitir el consumo y la venta de cannabis recreativo en el transcurso de un proyecto piloto para monitorear este flujo “comercial”.
Este experimento social tiene como principal objetivo controlar la venta de cannabis en la ciudad para poder visibilizar de manera exhaustiva y analizada, cuales serían las consecuencias directas de esta legalización y cómo sería la mejor forma de llevarlo a cabo. Hace unos días, el portavoz de la Asociación del Cáñamo alemana, Max Plenert, hablaba para un periódico bávaro y decía:
“Este proyecto no tendrá un efecto masivo en el mercado de drogas en su conjunto. Pero es una oportunidad para mostrar a los políticos y la prensa que la legalización del cannabis no supondría un problema tan grande como lo pintan. Esto podría ser un comienzo para grandes cambios”
Actualmente el cannabis se encuentra prohibido en la legislación alemana pero a pesar de ello, no suelen ser muy severos en cuanto a las sanciones relacionadas con la planta. Allí, no se suele procesar o multar a alguien que no posea más de 15 grs. La leyes son bastante laxas y cabe destacar que Alemania figura en el listado de los 20 países más amigables para los consumidores de cannabis.
El proyecto no permitirá en un primer momento abrir coffeshops para la venta y pretenden ser las instituciones estatales las que distribuyan a los usuarios. De esta manera, se alinean con la estela dejada por José Mújica con respecto a la legalización, donde por experiencia se concluyó que para acabar con el mercado negro, las instituciones de los municipios donde se legalizara, se harían cargo de la distribución y la venta.
Habrá que ver como lo llevan a cabo pero estamos contentos de que en Europa también empecemos a virar hacia un nuevo futuro cannábico.
