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El Cannabis llega a los Restaurantes y Spas de Lujo

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Desde luego, para cualquier profano del mundo del cannabis, los usos que este producto está desarrollando en aquellos lugares donde está legalizado, le podrán parecer de lo más exótico. Es curioso que aquí tengamos que andar a escondidas con este asunto, mientras puedes ir a restaurantes o a spas en Los Angeles o en Colorado, y tomarte una copa con cannabis infusionado, o recibir un tratamiento facial con aceite de CBD.

Los que toleran y participan sin problemas de nuestra exacerbada y sempiterna cultura del alcohol, son capaces de mirar con ojos sospechosos a quien se toma una barra de limón con yogur helado y crumble de frambuesa al CBD, postre que ofrece el hotel Hollywood Rooswelt de Los Ángeles. Su carta de postres con CBD también incluye una crema bávara de manzana verde y una panna cotta de yogur con bayas maceradas. Casi nada.

No dejemos de observar el curioso fenómeno que se produce cuando se legaliza este producto, que tradicionalmente se asociaba con los barrios bajos, la delincuencia, el vicio y la holgazanería: comienza a emerger como un producto de lujo ofrecido en spas y restaurantes con mucha clase. De un chaval desgreñado en Valencia fumándose un porro a escondidas en un parque, a una señorita en Los Ángeles tomándose el mojito con cannabis infusionado del hotel Rooswelt, a 18 dólares el copazo.

P u b l i c i d a d

Qué mundo tan dispar, qué contrastes tan acentuados puede producir la arbitraria ilegalización de una planta que ha acompañado al ser humano durante toda su Historia.

El cannabis como cosmético tampoco es una novedad, pero el oscuro bache del prohibicionismo ha provocado que sus usos tradicionales aparezcan como novedosos. En el Spa Solage en Napa Valley, California, puedes recibir masajes y tratamientos exfoliantes soltando ¡entre 160 y 420 dólares!. Ahí lo tenéis, la cosa chunga esa de las calles incorporada al lujo.

Eso solo es posible porque, en realidad, querido lector casual con prejuicios, el cannabis nunca fue la cosa chunga esa de las calles, más de lo que pudiera serlo el alcohol. Hablamos de la misma distancia que hay entre un borracho mamando una botella de ginebra barata en un callejón maloliente y un señorito degustando un Château Margaux en un restaurante de lujo.

Hablando de spas, el del hotel St Julien en Boulder, Colorado, comenzó a ofrecer tratamientos con CBD a petición de sus clientes. Nadene Moccia, una de sus masajistas, afirma que “desde que la marihuana se hizo legal en Colorado, he tenido clientes que me han preguntado si podíamos dar tratamientos con CBD porque habían oído hablar de los beneficios de bienestar, y ahora puedo decir que sí”.

¿Os imagináis eso aquí?, ¿clientes de un spa sugiriendo incluir el cannabis en los tratamientos? Me da que aún nos queda mucho para eso.

Otro hotel donde te puede salir a 500 dólares la noche, el Thompson Seattle, organiza ocasionalmente un evento cannábico consistente en una cena de varias entradas, en la que se combina comida con cannabis, ya sea como ingrediente o como complemento. Imaginaos marihuana integrada en un menú a base de remolachas con arenque, vieiras con manzanas y anís y mejillas de ternera con coliflor y pacanas. La primera cena de este tipo que organizó el Thompson era gratuita pero limitada a clientes habituales del hotel. Su propietario, Derek Simcik, está considerando repetir el evento para el público en general, obviamente cobrando. “Las cenas son divertidas y no se trata en absoluto de que la gente se coloque”, dice, a pesar de emplear marihuana con THC de  Lux Pot Shop, una tienda local que vende marihuana recreativa. “Pretendemos que sean una forma innovadora de mostrar la marihuana”. Innovadora…. y seguramente cara. Muy cara.

Claro, que lo que en realidad pedimos no es ni lo uno ni lo otro, sino el camino del Buda, el del medio, es decir, poder acceder a productos de calidad, con garantías sanitarias y precios razonables, como está ocurriendo en Canadá, un país que difícilmente podemos asociar con los valores negativos con los que se insiste en identificar al cannabis en casi todo el mundo. Desde ahí, que se pueda desarrollar un mercado del lujo, pues genial para quien pueda permitirse 200 € en un masaje o 20 € en una copa.

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