Las Vegas, la ciudad del pecado. Parece el sitio ideal para abrir un museo del cannabis. Aunque no es el único en su especie, el Cannabition, el museo interactivo del cannabis, se promociona con la particularidad de ofrecer una experiencia inmersiva, algo que asegura poder lograr a pesar de que el visitante no podrá consumir cannabis en el museo, dado que en el estado de Nevada su consumo público es ilegal, aunque el consumo recreativo privado es legal desde un par de años.
En la web del museo leemos que el equipo de veteranos de la industria del cannabis de Cannabition ha “adoptado la regulación y la normalización para crear experiencias únicas que permiten a las audiencias conectarse, participar y vivir realmente la cultura del cannabis, incluso si nunca han fumado o consumido cannabis”.
La experiencia del Cannabition abarca tres áreas principales: Educación, Cultura y Arte. Consiste en veinte exposiciones de carácter interactivo, cada una de las cuales cuenta un aspecto diferente sobre la planta del cannabis, desde las técnicas de cultivo a la floreciente cultura de la legalización en EE.UU.
“Mientras que los museos tradicionales se sienten estáticos y anticuados, el museo de arte inmersivo Cannabition de Las Vegas es el primero de su tipo. Nuestras dinámicas exposiciones son animadas por la participación de nuestras marcas asociadas de cannabis y cada exposición está diseñada para crear recuerdos poderosos y perdurables”, afirma la web del museo.
Las exposiciones pretenden mostrar “lo que se siente al consumir cannabis y estar colocado”, haciendo un recorrido por la normalización de la planta, comenzando por las raíces de la cultura 420 (de hecho los recorridos comienzan a las 4:20 de la tarde y se extienden hasta después de medianoche), pasando por la Sala de las Semillas, el Crecimiento, la Cosecha, la Sala de Fumar… La propuesta se las ingenia para, a través del arte y la interacción, acercarnos a los efectos que producen las diferentes variedades de cannabis.
Bongzilla, un auténtico bong de dos pisos de altura
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Una de las mayores atracciones del museo es su bong gigante. No se trata de una escultura o una recreación, sino de un auténtico bong funcional de cristal que debe calentarse con un soplete y a cuya boquilla se ha de acceder mediante un andamio.
Conocido como Bongzilla (nombre que ya pertenecía a la banda de stoner metal de Wisconsin), esta joya de la corona del Cannabition es un monstruo de más de 7 metros encargado a Jerome Bakers Designs, un fabricante de parafernalia de cristal, diseñado por su fundador Jason Harris y realizado en Seattle en colaboración con otros artesanos del cristal. Con Bongzilla se pretende celebrar por todo lo alto el reciente amanecer de la cultura del cannabis en Nevada y en todo el país.
Durante el año siguiente a la legalización del consumo recreativo de cannabis en Nevada, el estado ha recaudado en impuestos 69,8 millones de dólares que se destinarán a financiar la regulación local y estatal de la industria del cannabis, a educación y a fondos generales.
“Toda la experiencia de legalizar la marihuana ha sido más exitosa de lo que jamás hubiéramos pensado”, afirma el senador del estado de Nevada Tick Segerblom, uno de los autores de la campaña a favor de la legalización del consumo recreativo de cannabis en el estado, tras la masiva aprobación pública en una consulta en 2016. “Este museo, esta idea de crear una experiencia alrededor del cannabis, lleva todo al siguiente nivel.”