Un informe reciente, elaborado por la fundación británica Transform Drug Policy Foundation, pone de manifiesto los significativos beneficios económicos que el Reino Unido podría obtener al optar por la legalización y regulación del cannabis. Según el estudio, esta medida podría generar ingresos anuales de 1.500 millones de libras esterlinas, combinando 1.000 millones procedentes de impuestos y 300 millones en ahorros derivados de la reducción de gastos en la aplicación de la ley, los procesos judiciales y el sistema penitenciario.
Los efectos positivos no se limitan únicamente al ámbito financiero. La legalización permitiría la creación de más de 15.500 empleos a tiempo completo, además de reducir de manera sustancial el mercado ilegal del cannabis. Este paso podría representar un cambio estructural en la economía y en la forma en que se aborda el consumo de esta sustancia en el país.
Steve Rolles, analista principal de Transform, expresó: «Existen múltiples razones para acabar con el fracaso generacional y la injusticia de la prohibición del cannabis, pero los argumentos económicos tienen un peso crucial en el contexto político actual». A partir de este enfoque, el informe explora tres posibles modelos regulatorios que podrían implementarse para gestionar la legalización.
Tres enfoques regulatorios posibles

- Modelo comercial estatal: Inspirado en el sistema implementado en Canadá, este modelo busca maximizar los ingresos fiscales, con la posibilidad de recaudar hasta 1.230 millones de libras al año. Además, permitiría ahorrar aproximadamente 284 millones en gastos relacionados con la justicia penal. Sin embargo, este enfoque ha generado inquietudes respecto a la concentración del mercado y el posible dominio de grandes corporaciones.
- Modelo de autocultivo y sin ánimo de lucro: Basado en prácticas de países como España, Uruguay, Alemania y Malta, este modelo se centra en una producción más comunitaria y menos comercial. Podría generar 345 millones de libras en impuestos y crear alrededor de 7.000 empleos. Aunque reduce los costos regulatorios y evita la influencia de grandes empresas, este enfoque sólo lograría sustituir un 45% del mercado ilegal, dejando un amplio margen al comercio ilícito.
- Modelo híbrido: Este modelo combina la posibilidad de autocultivo, asociaciones sin ánimo de lucro y la venta minorista regulada. Se estima que podría generar 1.100 millones en ingresos fiscales, junto con la creación de 15.525 empleos. En términos de impacto en el mercado ilícito, se proyecta que este enfoque podría reemplazar hasta un 80% en un plazo de cinco años. Aunque equilibra los beneficios económicos con medidas de salud pública, no está exento de riesgos relacionados con la monopolización.
Enfoques sociales y de salud pública
Aunque el informe destaca los beneficios económicos, también hace hincapié en que estos no deben eclipsar las prioridades de salud pública y justicia social. La legalización garantizaría la disponibilidad de productos de cannabis más seguros, sometidos a pruebas de calidad, y permitiría un control riguroso sobre la dosificación, dejando de lado las sanciones penales en favor de estrategias de reducción de riesgos y programas educativos.
Ester Kincová, coautora del informe, señaló: «Prohibir el cannabis ha sido un fracaso generacional que ha afectado negativamente a la salud pública, criminalizado a millones de personas y desperdiciado los recursos de los contribuyentes, además de ser cada vez menos popular entre la ciudadanía».
Asimismo, el documento resalta la necesidad de abordar las injusticias históricas derivadas de la prohibición, que han perjudicado de manera desproporcionada a comunidades marginadas, especialmente a la población negra. Un mercado regulado podría redirigir los ingresos obtenidos hacia el fortalecimiento de estas comunidades y facilitar la anulación de condenas anteriores, ofreciendo nuevas oportunidades a quienes se han visto afectados por estas políticas restrictivas.
El contexto político actual
Pese a los avances internacionales hacia la regulación del cannabis, el gobierno británico no ha iniciado discusiones serias sobre este tema. Steve Rolles concluyó: «Es momento de que el gobierno del Reino Unido madure, enfrente la realidad y entable un debate constructivo sobre cómo la legalización y regulación del cannabis pueden aportar beneficios significativos al país»
