Un fármaco desarrollado a partir de nuevas moléculas cannabinoides, que ya se encuentra en fase de ensayo clínico en humanos, podría convertirse próximamente en un remedio efectivo para el tratamiento de enfermedades autoinmunes y neurodegenerativas.
La Universidad de Córdoba, a través del grupo de investigación BIO-304 dirigido por el catedrático de Inmunología Eduardo Muñoz Blanco, lleva años estudiando la eficacia del VCE-004.8, un derivado del cannabidiol (compuesto químico presente en la planta del cannabis), contra la esclerosis múltiple y la esclerodermia.
Debemos hacer un inciso para explicar que la esclerodermia está catalogada como una enfermedad rara de carácter autoinmune, que afecta sobre todo a los vasos sanguíneos y a la piel, aunque puede atacar también a otros órganos.
A pesar de que puede aparecer a cualquier edad, se diagnostica habitualmente en mujeres de entre 30 y 50 años y, actualmente, no tiene tratamiento. Lo contrario a la esclerosis múltiple, una patología más frecuente para la que sí hay terapias, si bien este medicamento podría mejorar enormemente su eficacia.
Beneficios de este químico identificado en la planta Cannabis sativa
Es importante que destaquemos que el cannabidiol (CBD), uno de los más de 80 químicos identificados en la planta Cannabis sativa, está reconocido por la comunidad científica como un potente analgésico y antiinflamatorio.
Además, presenta excelentes propiedades anticonvulsivas y una gran capacidad neuroprotectora y regeneradora. Por ello, existen otros estudios que verifican su eficacia contra la epilepsia y otras enfermedades cutáneas, como la psoriasis o distintos problemas dermatológicos.
Estos compuestos cannabinoides son grandes inhibidores de la proliferación de queratinocitos, células que predominan en la epidermis. Por tanto, su uso tópico contribuye a aliviar el picor y a reducir la inflamación y el tamaño de las manchas rojas y escamosas.
El largo camino de la Universidad de Córdoba en el estudio de cannabinoides para desarrollar el fármaco EHP-101
La carrera para desarrollar el fármaco EHP-101 en el que está trabajando este grupo de investigación de la UCO, codo con codo actualmente con la farmacéutica estadounidense Emerald Health Pharmaceuticals, comenzó hace algunos años con el estudio de nuevas moléculas cannabinoides, concretamente el VCE-004.8, como ya hemos apuntado.
En un primer momento se demostró su eficacia contra la esclerodermia y la esclerosis múltiple en pruebas realizadas con animales. Entonces, gracias a una serie de proyectos que contaron con la concesión del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y de la Junta de Andalucía, el grupo BIO-304 se puso a trabajar con Emerald Biotechnology España hasta registrar la patente del VCE-004.8 en 2017.
Desde entonces, Emerald Health Pharmaceuticals ha realizado una importante inversión para el desarrollo preclínico y clínico del EHP-101. En ello ha estado colaborando la UCO a través de diferentes proyectos, como el titulado Desarrollo preclínico de fármacos cannabinoides, gestionado por la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI), perteneciente a una red que nació a finales de 1988 y que depende directamente del citado ministerio.
La fase II ya se ha iniciado en Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos
Una vez superada esta fase preclínica, el medicamento se probó con éxito en Australia con la participación de 110 voluntarios sanos. Actualmente, la investigación ya se encuentra en la fase II, en la que el objetivo es evaluar, además, la tolerancia y eficacia de este fármaco.
Las pruebas se están realizando en Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos y en ellas participan 36 pacientes con esclerodermia. Si todo va conforme a lo previsto, en 2021 se pasará a la fase II B, un nuevo ensayo clínico para cuya puesta en marcha Emerald Health Pharmaceuticals ha asegurado ya la inversión necesaria.
Se probará no solamente con afectados por esclerodermia, sino también por esclerosis múltiple, y supondrá uno de los pasos finales en el camino hacia su homologación y su comercialización. Por el momento, entre el equipo científico que trabaja en este EHP-101 reina el optimismo.
Debemos apuntar, asimismo, que en Estados Unidos y Europa ha obtenido la calificación de «fármaco huérfano». Esto trae consigo una serie de incentivos y beneficios que se destinan a promover el desarrollo de productos para tratar enfermedades raras de este tipo.
En los últimos años, diversos estudios han demostrado los beneficios del tetrahidrocannabinol y el cannabidiol, derivados de la planta del cannabis, para controlar el dolor, la espasticidad y la disfunción vesical que provoca la esclerosis múltiple. Sobre todo en pacientes que no responden a la terapia paliativa convencional, al presentar síntomas refractarios que comprometen su estado de conciencia.
Para el tratamiento de la esclerodermia el camino está más desierto, pero todo hace indicar que el nuevo fármaco made in Córdoba a base de cannabinoides ha abierto una ventana a la esperanza.
