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Diferencias entre aceite de marihuana y el aceite de cáñamo

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Todavía hoy muchos confunden la planta de la marihuana con la del cáñamo. Aunque ambas pertenecen a la misma especie, consisten en variedades distintas con propiedades y aplicaciones diferentes en función de sus características. A continuación, vamos a comparar y descubrir la diferencia entre el aceite de marihuana y el aceite de cáñamo para conocer sus características y usos.

El aceite de cáñamo

El cáñamo común, también conocido como cáñamo industrial, se caracteriza por un contenido muy bajo en cannabinoides y por desarrollar plantas de mayor altura y robustez que la marihuana, aunque menos frondosas. Esta variedad es ideal para la fabricación de fibras textiles. El aceite de cáñamo se extrae del prensado en frío de las semillas, después de ser lavadas concienzudamente.

Este extracto puede variar de color, desde verde pálido a oscuro, pudiendo incluso ser incoloro. Es muy rico en Omega 3 y 6, por lo que puede tener una utilidad excelente como complemento alimenticio. Estos ácidos grasos aumentan la inmunidad y mejoran la salud cardiovascular.

El aceite de cáñamo también es rico en proteína, fibra, hierro, potasio y calcio. También se usa para tratar la sequedad en la piel, la psoriasis y tiene usos cosméticos como acondicionador de cabello. Dado que carece de cannabinoides como el THC, no tiene propiedades psicoactivas, su coste de producción es menor que el aceite de cannabis y es generalmente legal en aquellos países donde la marihuana es ilegal.

El aceite de cannabis

Por otra parte, la marihuana desarrolla plantas de menor altura y mayor frondosidad, con elevada concentración de cannabinoides, especialmente en los cogollos no fecundados de las plantas femeninas, que es precisamente de donde se extrae el aceite.

Por esta razón tiene diferentes aplicaciones terapéuticas que dependerán de la concentración de los distintos cannabinoides. Así, los aceites con mayor concentración de THC, el principal cannabinoide psicoactivo de la marihuana, se utilizan por ejemplo como analgésicos, estimuladores del apetito o para la reducción de náuseas y mareos, por lo que pueden ser indicados para reducir los efectos secundarios de tratamientos de quimioterapia.

El THC también tiene propiedades antiespásticas, por lo que puede aliviar tendinitis y dolores musculares y ser útil en el tratamiento de la esclerosis múltiple.

Por otro lado, los aceites  de marihuana con alto contenido en CBD, el principal cannabinoide no psicoactivo de la planta, parecen ser útiles en la reducción de las crisis epilépticas, como las del síndrome de Dravet.

Para tratamientos basados en el efecto terapéutico del CBD, se requerirán variedades de marihuana con altos contenidos en este cannabinoide y bajos contenidos en THC, como la famosa Charlotte’s Angel de Dutch Passion. El CBD además atenúa o modera los efectos psicoactivos del THC, por lo que una concentración 1:1 de ambos cannabinoides es adecuada para tratamientos que requieran los efectos terapéuticos del THC sin exponer al paciente a un colocón tremendo.

 

El aceite de marihuana se extrae generalmente con solventes como el butano, el COo el etanol, para obtener mayores grados de pureza (con hasta un 80% de THC). Es muy costoso de producir, requiriéndose grandes cantidades de cogollos para obtener cantidades modestas de aceite. La legalidad de los aceites de marihuana en aquellas regiones donde está prohibido dependerá de su concentración en THC.

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