Los terpenos son compuestos orgánicos aromáticos producidos por las plantas (aunque también los hay de origen animal y microbiano) y son los responsables principales de los olores y aromas que asociamos a cada una de ellas. En la marihuana no es una excepción: la gran variedad de matices y variaciones en aromas, sabores e incluso efectos se debe a los terpenos.
Los terpenos cumplen una gran cantidad de funciones en las plantas. Son una defensa biológica contra la agresión de insectos, además de ofrecer protección contra infecciones de hongos y bacterias. También pueden atraer insectos polinizadores. La producción de terpenos en una planta depende también de factores ambientales, por lo que estos compuestos pueden regular las fases de maduración.
También es debido a ello que la composición de terpenos en flores y frutos de plantas de cultivo variará en función del clima, los fertilizantes y tipo de sustrato empleados e incluso el momento del día en el que se realiza la cosecha.
A pesar de que cada planta tiene una combinación única de terpenos, esta es similar entre plantas con una genética parecida. Cada cepa de cannabis tiene así un aroma particular asociado, lo que nos permite distinguir una Blueberry por sus matices afrutados de una Cheese con su característico olor a queso.
Pero no sólo se trata del aroma. Como sabemos, consumir una única cepa de marihuana hace que con el tiempo el cuerpo adquiera cierta resistencia o se acostumbre a los efectos de los cannabinoides como el THC.
Sin embargo, la gran diversidad de variaciones de sabores y aromas de las distintas cepas, ayudan a evitar que el cuerpo adquiera esta resistencia o costumbre a los efectos, y de ello son en gran medida responsables los terpenos.
Hay que tener en cuenta que los matices de los efectos, psicoactivos o no, de una cepa no se deben exclusivamente al THC, sino a la sinergia que se produce entre los diferentes compuestos. Los terpenos, al igual que los cannabinoides, se asocian a receptores específicos en el cerebro produciendo diversos efectos.
Aunque los cannabinoides no tienen aroma ni sabor, parece ser que en su proceso de producción están implicados los terpenos. Los cannabinoides son moléculas compuestas por grupos de terpenos y moléculas de fenol y además se producen en los mismos tricomas glandulares en los que los terpenos son sintetizados.
Es importante tener en cuenta que los terpenos pueden perder sus propiedades si se calientan excesivamente (sobrepasando su punto de ebullición) por lo que, si eliges una cepa por su perfil de terpenos, deberás consumirla con vaporizadores de baja temperatura para obtener el máximo de beneficios.
Los terpenos de la marihuana (y de cualquier otra planta) se pueden extraer sin emplear ningún tipo de disolvente, simplemente mediante un proceso de destilación con vapor. Dado que, al contrario que los cannabinoides, los terpenos son solubles en agua, sus extractos (aceites esenciales) no presentan efecto psicoactivo alguno, por lo que son sustancias legales y aprobadas como seguras.
Las aplicaciones de los aceites esenciales son diversas: creación de cosméticos, aditivos para el sector culinario, tratamientos de aromaterapia, potenciar el sabor de la marihuana reinstaurando terpenos perdidos en el proceso de extracción, aromatizar cigarros… Determinados terpenos tienen también propiedades antiinflamatorias o expectorantes, reducen ataques de tos, combaten infecciones de hongos, etc.