Sindrome Amotivacional

Valentina

Nuevo estudio desmiente la teoría del «síndrome amotivacional» asociado al cannabis

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Para todo aquellos que consumen o no cannabis, siguen existiendo vertientes dentro de algunas hipótesis expuestas en torno a su consumo. Es por ello, que los científicos continúan recibiendo la misma pregunta una y otra vez: ¿El cannabis realmente hace que la gente sea perezosa a largo plazo? Nuevos resultados de un estudio «descartan la hipótesis del síndrome amotivacional».

¿Qué es el síndrome amotivacional?

El síndrome amotivacional es un trastorno psiquiátrico crónico que se caracteriza por signos vinculados a estados cognitivos y emocionales como el desapego, el embotamiento de las emociones y los impulsos, las funciones ejecutivas como la memoria y la atención, el desinterés, la pasividad, la apatía y la falta de motivación general. Este síndrome puede ramificarse en dos subtipos: el síndrome amotivacional por marihuana, conocido indistintamente como síndrome amotivacional inducido por cannabis, que está causado por el uso y/o la dependencia de la sustancia y se asocia principalmente a los efectos a largo plazo del consumo de cannabis, y el síndrome amotivacional inducido por ISRS o apatía inducida por ISRS, causado por la ingesta de dosis de medicamentos ISRS (como el Prozac). Según el Handbook of Clinical Psychopharmacology for Therapists, el síndrome amotivacional aparece como un posible efecto secundario de los ISRS en el tratamiento de la depresión clínica.

La hipótesis del síndrome amotivacional asociado al consumo del cannabis

El “síndrome amotivacional asociado al consumo de cannabis” es una hipótesis que lleva años circulando como un efecto colateral el cual sugiere que el consumo regular de cannabis puede conducir a la apatía, aislamiento social, dificultad para concentrarse o, más concretamente, lo relacionan con un menor compromiso dirigido al logro de objetivos.

Según Josiah Hesse, corredor y autor este estereotipo fue potenciado por expresidentes conservadores como Richard Nixon y Ronald Reagan. Señalamiento que concuerda con las políticas antidrogas que fueron efectuadas durante sus respectivos periodos presidenciales.

Existen evidencias contrastadas a favor y en contra de la teoría del síndrome amotivacional del cannabis, y los resultados están lejos de ser concluyentes, al menos a los ojos de la comunidad médica. Un estudio anterior, publicado en Psychology of Addictive Behaviors, demuestra la gran cantidad de inconsistencias sobre el tema de la sensibilidad a la recompensa y la motivación. La motivación no es precisamente fácil de medir, siendo uno de los estados más susceptibles y cambiantes del ser humano.

Sin embargo, ha surgido un nuevo estudio, «La toma de decisiones relacionadas con el esfuerzo y el consumo de cannabis entre los estudiantes universitarios», publicado el 27 de enero en Experimental and Clinical Psychopharmacology una revista científica revisada por expertos y publicada por la Asociación Americana de Psicología, en donde se refuta la teoría del síndrome amotivacional inducido por el cannabis debido a que no se encuentran evidencias científicas que lo respalden.

Estudios previos sugieren que el consumo de cannabis tiene un efecto indirecto sobre la producción de dopamina. En este sentido, el sistema meso límbico controla la saliencia motivacional, el aprendizaje por refuerzo, el miedo y la motivación. Lo que propone la investigación es que cuanto más cannabis se consuma, mayor será el efecto negativo sobre el sistema que controla la motivación, es decir,  generará la sensación de pereza.

El sistema endocannabinoide también está relacionado con la saliencia de la recompensa y la motivación, y el cannabis. A su vez, se implica en diversos procesos fisiológicos en donde se destaca la regulación de la percepción del dolor, por lo que, también está siendo explorado por sus potenciales beneficios en este campo.

Con el propósito de comprobar la hipótesis del síndrome amotivacional, los científicos del nuevo estudio observaron a 47 participantes de edad universitaria. Más de la mitad del grupo de encuestados menores de 25 son consumidores habituales de cannabis, y el 68 % de ellos se ajusta a los criterios del «trastorno por consumo de cannabis»; los 22 restantes constituyeron el grupo de comparación sin cannabis. El trastorno por consumo de cannabis se define como «un patrón problemático de consumo de cannabis que conduce a un deterioro o malestar clínicamente significativo».

En principio, no existe un parámetro específico de cuánto es en exceso el consumo de cannabis, pero básicamente se convierte en un trastorno cuando afecta situaciones cotidianas de la vida como la universidad, el trabajo, relaciones interpersonales, entre otros.

Se pidió a los encuestados que completaran una Tarea de Gasto de Esfuerzo por Recompensa (EEfRT) la cual evalúa la disposición o capacidad de un individuo a realizar esfuerzos bajo la premisa de obtener una oportunidad de ganar recompensas monetarias, los resultados fueron estudiados y analizados por el equipo de investigación.

En lugar de encontrar problemas significativos, los investigadores observaron mejorías en los síntomas relacionados con el TDAH y otras condiciones que podrían desencadenar retrasos en el comportamiento dirigido a alcanzar objetivos.

Basándose en «modelos de ecuaciones de estimación generalizadas (GEE)», los investigadores señalaron en la síntesis de los resultados: «La magnitud de la recompensa, su probabilidad y el valor esperado predijeron una mayor inclinación a seleccionar una prueba de alto esfuerzo. Además, los días de consumo de cannabis en el último mes y los síntomas del trastorno por consumo de cannabis predijeron la tendencia a seleccionar una prueba de alto esfuerzo, de modo que en los días más altos de consumo y sus síntomas se asociaron con una mayor tendencia después de controlar los síntomas de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), tolerancia al malestar (distress tolerance) y a obtener recompensas menores para evitar esperar periodos de tiempo prolongados.»

Los resultados sugieren que los que consumen marihuana son más propensos a esforzarse

Por lo que, su conclusión fue la siguiente: «Los resultados aportan pruebas preliminares que sugieren que los estudiantes universitarios que consumen cannabis son más propensos a esforzarse para obtener una recompensa, incluso después de controlar la magnitud de la recompensa y la probabilidad de recibirla. Por lo tanto, estos resultados no apoyan la hipótesis del síndrome amotivacional. Se requiere una investigación futura con una muestra más amplia para evaluar las posibles asociaciones entre el consumo de cannabis y los patrones de comportamiento de esfuerzo en el mundo real a lo largo del tiempo.»

En ese sentido, los activistas pro cannabis sostienen que no debería seguir siendo catalogado como las drogas y el alcohol, los cuales en la mayoría de los casos perjudican directamente en forma desgarradora a familiares y amigos.

Es conveniente destacar, que el uso de algunos fármacos (generalmente para tratar la depresión) pueden no ser seguros en lo que respecta a la motivación y la recompensa. Tanto el cannabis como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como el Prozac o el Paxil, han sido señalados como responsables de agudizar el síndrome amotivacional. Cuando los ISRS están implicados, se denomina indiferencia de los ISRS. Por este motivo, muchas personas acaban abandonando (en ocasiones de forma peligrosa) los ISRS.

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