Con la expansión de la industria del cannabis (otro tren del futuro que, como es habitual, se nos escapa en nuestro país) aparece también la necesidad de gestionar los residuos de cannabis. Esto se está haciendo particularmente evidente en los países que tienen una industria del cannabis muy desarrollada, como Canadá, donde el Ministerio de Salud exige que los desechos vegetales sean procesados de forma que se vuelvan inertes e inutilizables, con métodos que incluyen la mezcla con arenas, la incineración o el triturado y la mezcla con otros compuestos orgánicos para compostaje.
Algunos productores de cannabis medicinal como Tantalus Labs pueden autogestionar su volumen de desechos, mezclándolos con sustratos y otros compuestos orgánicos para compostarlos a continuación en sus instalaciones de Sunlab, en Maple Ridge. Como dice su director ejecutivo Dan Sutton, las reglas del Ministerio “realmente incentivan a los productores a crear tan pocos desechos como sea posible, lo cual asumimos” pero, aunque suponen papeleo adicional a la hora de gestionar y destruir desechos, no necesitan una solución externa, al menos mientras su volumen de desechos se mantenga en un nivel que pueda ser gestionado en su planta.
Sin embargo, empresas más grandes, con un volumen mayor de producción de desechos, tienen que recurrir a soluciones externas para gestionarlos adecuadamente de forma acorde a las imposiciones del Ministerio. Es el caso Aurora Cannabis, una de las más grandes compañías cannábicas de Canadá (y del mundo), que recientemente se ha asociado con Micron Waste Technologies Inc., una nueva empresa afincada en Vancouver, en la que Aurora ha invertido 2,3 millones de dólares para comprar una participación y colaborar en el desarrollo de un concepto de gestión de residuos de cannabis.
Micron ha desarrollado un sistema de digestores aeróbicos de alta tecnología, con los que puede procesar desechos de alimentos, extrayendo agua limpia de ellos para ser reutilizada o desechada en los sistemas de alcantarillado municipales, produciendo al mismo tiempo biosólidos compostables. Micron asegura que puede adaptar esta tecnología para gestionar los residuos orgánicos de Aurora Cannabis, de una forma limpia, respetuosa con el medio ambiente y acorde con las restricciones del Ministerio de Salud.
Su presidente, Alfred Wong, lo expone con estas palabras: “tenemos esta tecnología en la que estamos trabajando junto con Aurora para tratar los desechos de cannabis in situ, asegurarnos de que todos los componentes del cannabis sean eliminados de la corriente de desechos, y al mismo tiempo reciclar el agua de vuelta al sistema”.
Wong estima que el volumen de crecimiento de la industria del cannabis en Canadá es tal, que para 2020 estará generando unas 6 mil toneladas de desechos anuales, lo cual justifica la necesidad de encontrar soluciones adecuadas para su gestión.
“Lo que tenemos ahora mismo es una serie de soluciones no del todo satisfactorias” para tratar los residuos, afirma Cam Battley, director de operaciones de Aurora. “La propuesta de Micron es una solución tecnológica elegante que está totalmente en línea con la forma en que lo hacemos todo”, continúa.
Y es que Aurora ya había trata do de compostar sus propios desechos, pero además de ser un proceso poco eficiente, produce gran cantidad de olores, por lo que los arrojan a un vertedero. “El compostaje directo, que puede tomar hasta un mes para los desechos de cannabis y a menudo viene con olores fuertes, no siempre es una opción para las compañías”, asegura Battley. “La razón por la que nos gusta el digestor de Micron es que nos permite gestionarlos de una manera limpia, verde, in situ y sin olor”.
Aurora instalará uno de los digestores de Micron en su planta de producción de Cremona, Alta, a una hora en coche al norte de Calgary, para desarrollar la propuesta de proceso de descomposición de los residuos de cannabis. Esta será la primera unidad manufacturada de Micron y se espera que esté en plena producción a finales de este año.
